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Mostrando entradas de julio, 2015

Los cincuenta

con pocas cosas  se ha de ir  como llegó. Pocas palabras. Pero antes habrá de hacer  un inventario. Una lista de cosas de ficticia propiedad como los amores y los hijos esa mezcla inexacta de sangre pelo y aliento. De la mano falange a falange la despedida es lenta cincuenta años. . 

Cantar es proyectar el cuerpo en el espacio.

en un punto. Apenas puedo sostenerme. Tengo los empeines anchos y nunca fui dada al ballet. De pronto dejé de moverme por entero esperando que el viento me llevara como una hoja seca. Llegué  y me prendí como un gajo al árbol de cristal que resplandece en el parque. Allí enraicé siendo hoja seca y recorrí el vientre del árbol a la luz de la luna. Savia verde fresca y mentolada. Durante esas noches, la mayor parte frías y metálicas conocí la soledad. Y canté. Fui entonces hoja y savia de árbol y canté entre las ramas donde anidaron los gorriones y loros urbanos. Di calor y cobijé a esos pichones. Les canté dulce y amarga como lo haría un ser que conserva la memoria de hoja seca al viento a lo largo de kilómetros y kilómetros de pampa. Cantar es proyectar el cuerpo en el espacio. Esa fue la conclusión.

el canto del glaciar

tomás la punta del hilo y no sabrás nunca a donde llegarás. Pero a quien le importa ya si por rara meiosis una de esas noches has nacido y otra vez volado de aire en aire, No son nubes ésas que sostienen tu vértigo en silencio porque la música es así. Apenas ritmo en el corazón apenas ritmo en los pies que taladran nubes para tocar el techo de un cielo bien oxigenado porque la música que odias es así. Eso que odias es amado como la pulpa del pecho que te hidrató y la voz pétrea que te hundió montaña que has subido de noche sobre el hielo entre morrenas que va! si has sido glaciar y con la fuerza del hielo mudo has construido lecho para llegar al mar.

Hambre

Ya sabemos que el miedo a la muerte en verdad es miedo a la soledad hasta de uno mismo. Que es la verdadera soledad. Esa que raspa desde el hueso  el reverso de la piel. Ese grito  mordaza: estoy acá, no me dejen  todavía no he partido.  Es tan claro, desde  el alarido que lo nuestro  es perder que uno al principio acepta las despedidas de los más viejos.  Es más, descubre que el cuerpo se detiene y vuelve de cera. Se acerca y puede tocar el cachete de la bisabuela que se durmió una tarde  de junio en el campo de margaritas. Ahí queda su cuerpo encorvado. Era su hora de descansar. Luego los pichones de gorrión caídos del nido.  Amanecían patas para arriba de frío y de torpeza.  No hay como el pico de una madre: pensé. Llegaron los perritos . El perro negro que se fue  a morir solo. Y luego todos los demás. La muerte no es nadie. Es la falta de alguien que se empecina y no fijar ausencia, decir: me voy a dar una vuelta a ver como está. Pero

Afasia por hilado

ahora que soy de pocas palabras vienen muchas imágenes que hacen todo un poco mejor. Sea este un caso de afasia por hilado, que no doy con la palabra exacta pero siembro una gran extensión de pensamiento con verdaderos pájaros y flores mares y lagos salados peces pulmonados así de extraña es la naturaleza de mi mudez quedar en posición de quien mira y mira con deseos de escuchar una precisa sinfonía aérea la música de las esferas como la llamaron Será la felicidad?

El poncho rojo de la abuela

en la frontera de mí hay mucho espacio entra y sale gente que habla todo el tiempo dirime en contrapunto cosas de propiedad cosas de nombre cosas de afecto entonces me abrazo fuerte y sostengo: quedo quieta hasta que el silencio teje un poncho abrigado de color rojo. Hago rara fotosíntesis y recupero mi propio lenguaje.

Nadie

en el momento en que nos miramos y no reconocemos buscamos nombrar el desconcierto y  la noción de que somos un collage aparece.  Es el momento, digo  en que hay que aceptar que uno es nadie.

Modo de vida

abre la boca y un cardumen sale. Abre la boca y pierde la dentición. ¿Con qué masticará?, toda su juventud por delante será de sueño ahora toda la vida de puré blanda sopa de sémola de algodón de azúcar la dieta es una forma de vida buscará todo lo confortable basta de caminar descalza basta de sustos por favor la guerra ha dejado sus señales ahora hilará sol y aire para volar

Acontecimiento

los ríos van a dar al mar. No todos.  Algunos se hunden y hacen  lechos subterráneos. Reserva de agua que sostiene  raro camalote de floración eventual. Liviano y fácil de llevar . Libera un perfume embriagante es dulce  hay que observar simplemente a la madrugada en luna llena si te distraés perdiste. 

Mi bisabuelo y yo

cómo será abandonar todo y partir en soledad en la panza de un barco sin ver la luz, rodeado de familias extrañas y lenguas extrañas? por ahí algo parecido es lo que yo he sentido en un salón de actos miles de niños vestidos de blanco como ovejas en un corral techado cantando Aurora con maestras maleducadas y con gran sentido del asco  un mundo por aprender  con mujeres de uñas  largas y cabellos  batidos a la mañana temprano con las rodillas azules el frío  en el cuerpo de adentro  hacia afuera todos hemos sobrevivido necesario naufragio la infancia.