cada cierto tiempo pierdo la gracia como se pierde la luz en una casa interna caen los parpados y digo, vayamos a dormir. Hay días hondos en los que el tiempo se curva en la ola de ese mar al revés que va y viene como nubes pero en verdad es mar. Para qué ocultarlo. La casita a oscuras entonces agranda el jardín y aparecen flores mojadas con la concavidad de grandes orejas, que escuchan: mirá . Ahí llegan otra vez. Hacen ruido como chicos en un parque. Me llevás de la mano quien sabe a donde y veo el país de la impiedad otra vez.