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Mostrando entradas de abril, 2019

de a pie

Algunas mujeres   tienen   pareja como si el hombre fuera un coche al que tienen que aprender a manejar sin manual de instrucciones   ( porque no lo hay) para que las lleve a lugares tan insólitos como a la Tierra del Cumplimiento de Todos los Deseos. A cambio se comprometen a dar asistencia y mantenimiento.   En cuanto a la conducción como no hay manual de instrucciones, se aprende por ensayo y error o con  algunos mensajes de linaje familiar, como el que me dijo mi abuela: a los hombres, la cama y la comida siempre.   En definitiva la ruta   se va construyendo en una empresa de ingeniería emocional con menor o mayor eficacia y  el verdadero leit motiv de semejante empresa es que “esto funcione”.   A mí me quedó muy claro algo: la receta del lecho y la cocina no me funcionó un poco por la complejidad de los partenaires y la mía propia, no me gusta dar el gusto así nomás.   Los hombres con los que me he encontrado además son peatones.  Considerando un poco la tradición femenina qu
Algunas personas manejan al marido como si fuera un coche. La vida de a dos será entonces una maniobra de conducción . La más sutil y perdurable guerra de guerrillas en contra de la integridad y autonomía de las personas. Supone la inversión más
Tenía los ojos colorados como de conejo. Y el cuerpo envuelto en una piel gorda de foca. Caminaba para liberar endorfina como le habían sugerido. Se preguntaba como sería el recorrido de la endorfina una vez liberada. Muy a su pesar comenzaba la caminata. Lo tenía que hacer para barrer las plaquetas de colesterol que se obturaban el paso de la sangre . Al principio le costaba entrar en calor o sintonía con los buenos pensamientos. Como aquella vez que estando en un banco empezó a observar los colores de la ropa de la gente de la fila . Los tiempos de la fila es un tiempo de sumisión Te obedeceré para lograr el objetivo que muchas veces es la resolución de problema causado por negligencia. Al menos es lo que lleva bien contabilizado en su historial de vida civil. No tiene antecedentes tiene historial como se dice en estos tiempos. Es más, la tendencia actual es hablar de historial no de historia. No hace analisis pero un psicoanlista estaría de acuerdo. La gente de la cola del banco

madre aparta de mi este caliz , o juguemos con Gloria Amorín

 ¿Mamá quien es Gloria Amorín? El oído del niño distorsiona buscando la forma menos ridícula . Con gloria morir no era una opción cuando cantas el himno  a las siete y media de la mañana en el cumpleaños de la Patria.  En mi caso eran las infernales oraciones con el credo y las aves marías y rezar para que lloviera por la cosecha, sino mi padre se iba a poner a llorar como estaban llorando todas las monjas ahora. La vida entre las monjas me sonaba a algo parecido a la vida entre las moscas. Todas de negro, con pelos duros en los lunares gigantescos. ¿Por qué las monjas tenían esos lunares como torpedos atrancados en la cara? En verdad me intrigaba la vida oculta del otro lado del colegio. Había un jardín al que no teníamos acceso así como las puertas del largo pasillo a la capilla blanco mármol solo interrumpido por las rosas rojas y el manto de las estatuas con rostros de sufrimiento.  Esas mujeres con acento alemán contaban aventuras en el impenetrable chaqueño entre los Qom y lo

Yo ya pasé la escuela

Pareciera que después de los treinta años de educación formal incluyendo postgrados y cursos de bricolajes, vienen los gimnasios, las plazas, las academias de yoga . Ikevana, costura fácil para dedos de salchicha, pintura decorativa, lo que sea para ordenar los días de adulta soltería. Me niego y reniego de la nueva escolástica. Pero, tampoco es fácil sustraerse porque la amenaza de una decadencia sin freno es más eficaz que la amenaza de hpv por sexo desenfrenado. Si no ordenás tu día con las cuatro comidas, y dos o tres actividades que te saquen de la cama morirás de inercia y serás comida por las cucarachas que se deleitan con los desechos urbanos. Seré acaso un desecho urbano más si no camino como una idiota dando vueltas y vueltas por la plaza . Ya lo hice y qué pasó? Nada. Estoy pensando que sólo fui una idiota que gasté  zapatillas en el parque para huir de la incomodidad de mi casa de concubina. Ahora, que estoy sola y que nadie juzga mis rutinas no puedo dejar de pensar que

heridas de una guerra atea

hubo un momento en que dejé varada a mi hermana  en medio del juego. Armábamos la casita con todo entusiasmo. Diseñábamos los espacios y los marcabamos con almohadones. Podía ser en una pieza cerrada o en el patio en medio de las plantas. Tirábamos telas y armábamos carpas en medio de los malvones y estrellas federal . Llegó un momento en que la fase verdadera del juego se agotó  en el diseño y cuando llegó  el momento de habitar la casa le dije: y si jugamos mañana. Ese momento fue fatal para las dos. Para ella porque se quedó  sin partenaire y para mí porque experimente por primera vez la falta de Fe. Ya no creía en el juego. Ya no creía en la magia, ya no creía. Como un disfraz que deja al descubierto al actor fui cayendo y cayendo de personaje en personaje. En el momento del amor empecé a replicar el si jugamos mañana pero en clave ya no juego más de repente y sin mayores explicaciones. El compañero quedaba desconcertado y yo pasado el momento de la euforia de una gesta liberadora

Fumigación y la verdad de las cosas

          Hacer limpieza general es un concepto casi militar. Es arrasar con aquello que ha quedado quieto y oculto de la mirada inquisidora que juzga utillidad, género, tiempo de adquisición. Como toda inquilina tengo la espada de Damocles  de la mudanza así que si  el mercado lo señala me tengo que ir de la casa que habito y he de buscar sitio para mi cuerpo y mis cosas, con lo cual la quietud de los trastos se ve sacudida cada cierto tiempo. Tenía una invasión de cucarachas hospitalarias como llaman a las chiquitas como hormigas y llame a un fumigador .  De las bajas necesarias puedo contar con dolor: mis libros fotocopiados que arrastrados  mudanza tras mudanza  terminaron en la cajonera de la cocina oficiando de incubadora de cucarachas, un cuaderno con anotaciones y dibujos de mi hija (un espanto siento que no volveré a ver a mi hija de cuatro años, cosa que es verdad porque tiene 19), negativos de fotos que nunca me atreví a revelar.....       Limpié uno por uno los frascos d

Dilusión

El paso del tiempo solo garantiza que el pasado sea leído una, dos. tres veces y por lo tanto aquello acontecido, aquello que hemos tardado no en comprender sino en categorizar, sea leído bajo nuevas luces. Las luces de lámparas led que uno enciende cuando se corta abruptamente el servicio durante una tormenta. O una triste vela de velorio y por lo tanto, que va, aquello categorizado en recuerdo de los lindos pasa a ser recuerdo de los feos. Y tal vez aquello que fue perdonado o quizás desestimado como ofensa, retorne con la fuerza de un chorro de mierda de un inodoro tapado en el quinto piso de un edificio de treinta departamentos y de pronto llueva mierda en todo el baño a la luz anémica de una vela . Entonces el llanto, esa reacción tan primaria que ella ha olvidado porque desde los quince años no llora, ese llanto  se convierte en torrente que lava pisos y paredes y destapa nariz, garganta, ojos y memoria. Tal vez entonces la felicidad relatada durante tantas noches y feriado