Ir al contenido principal

PdN

Puedo afrontar cualquier eventualidad con la billetera vacía y los pies hinchados. Sé lo que es surfear la dificultad diaria y mensual  y estoy entrenada para caminar dormida sin perder la orientación espacio temporal . Pero lo que no puedo afrontar con entereza es el repaso de un álbum de fotos familiar. Algo tendrán porque mi madre se recortaba a sí de las fotos bajo el pretexto de salir mal . Y no queda ninguna foto mía de infancia, porque según ella las rompí todas. Cuando mi hijo era pequeño sacar fotos era una decisión técnica,.  Encontrar la cámara, buscar luz, y llevarlas a revelar. La operación era similar a escribir la carta. Uno podía enviarla o no. Muchas veces escribía una carta solo para ordenar mis pensamientos respecto del ausente. Creo que con la fotografía analógica me pasaba algo similar. Sacabamos fotos compulsivamente, siempre con el deseo de perpetuar el momento, las personas, el cariño, la ternura. Pero luego no me atrevía a verlo materializado en el papel de fotografía. Aun conservo rollos sin revelar y las fotos reveladas están guardadas  en dos carpetas o álbumes gigantes. Uno quedó para mí, el otro para él.


Están las fotos de antes del nido y las fotos de la nidada.  Un viento sale de esas fotos. Y las imágenes mentales se multiplican, asociadas a sonido, sabor, textura, ternura , enojo. Algo parecido al llanto contenido se traba en la zona de la garganta pero como ya no lloro, queda ahí como una mosca atrapada entre la cortina y el vidrio. Una voz minúscula reprocha mi desorden perpetuo respecto de las cosas. Pero lo que arrasa como un huracán es la convicción de que aquello que se capturó por la cámara, nunca fue vivido  tal como es recordado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

: Hornallas (pdn)

Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver...

Susurro

en tono confesional: susurro una pequeña  verdad revelada a la primera luz del día. Me fue dada la libertad de callar o decir pero la cuestión es encontrar la forma. Podría poner puntos suspensivos y generar una gran duda pero es sencillo  y muy sintético: no ocurrirá nada extraordinario como un nacimiento o una muerte.  En la percepción de cómo irán ocurriendo las cosas,  el tono o el valor será cuestión de quien califique. La hondura de la huella de alguien sobrecargado no es mérito,  avaricia: querer llevarse todo. La mañana está llena de revelaciones se puede partir el esternón por un ancla histórica. O la magnolia me endulzará de tal forma que la vida será embriagante. Buscaré la estrella que fría tal vez muerta se ve,  porque estoy como habrán estado tantos, atenta a su esplendor. Un planeta rojo me dirá que hay otros lugares y todo me parecerá una experiencia primigenia. El sol del mediodía ya m...

Preterintención

Somos animales de visión. Vemos todo el tiempo y lo que vemos es apenas y con agravio  una clara distorsión del paisaje geográfico o humano. Distorsiones de aquellas configuraciones que se arman ya sea por el tránsito, el viento, la lluvia o el calor. Las fiestas también son factores aglutinantes. Las mujeres del relato se odiaban de una manera constitucional. Tal vez,  por el hecho de que eran madre e hija. Las novelas de temas femeninos se originan en el Crossing Over:  en lugar de una Y aparece otra X. Las dos mujeres se odiaban tanto que no hacían más que confirmarlo cuando estaban lejos. Porque vivían lejos. Tan lejos como tres o cuatro ciudades grandes de distancia. * Lo intangible del pensamiento común lo hace venenoso como el arsénico en el acuífero. Imperceptible va calando el esmalte de los dientes. El odio en el centro del amor es la partícula (cero) de arena en la ostra que producirá una perla de gran valor. El pensamiento es una máquina degenerativa...