Astillas

Cada vez que escuchaba su nombre sentía un golpe en el pecho o una piña en plena cara. Ha experimentado la vergüenza de ocupar un lugar en el espacio . Así de brutal y desnuda la experiencia. Pero la diferencia que imprime la acumulación de vida es que muy de vez en cuando se pregunta porqué. Y entonces empezó a deshilvanar esas costuras precarias que uno hace en la ropa para vestirse de apuro con lo que tiene. El hilván es una costura floja que no da seguridad. No es lo mismo que una costura a máquina. Una puede desgajarse y listo.

Tl

no puedo comer azucar ni harinas a demanda si no quiero terminar tirada en la calle durmiendo el sueño de la digestión. lo mismo me pasa con el amor. El amor me duerme como un arrullo de niñera. Será que me defiendo del avence de ese otro sobre mi intimidad de esa manera.

Desde la pedagogía se insiste mucho en la cuestión con los límites. Pareciera que durante los primeros veinte  años te enseñaran a lograr una cierta felicidad de corral para después, cuando el mismo sistema te arroja al mundo, algunos se divierten y otros se dedican a fabricar sus propios corrales ad hoc. Yo no pertenezco a ninguna de las dos categorías. Pero de algo estoy segura: poner mesas, platos, copas, cubiertos , servilletas, mantelería, cortinas, no es para mí. así como no cultivo el  brillo extremo e imposible de mantener si no es donando una vida entera al pulido.  Detesto los horarios para comer y su parafernalia. Para mí la cosa es quitarse el hambre para seguir en lo que estaba. Aunque esté en mi casa todo el día circulo por estaciones o postas no fijas de rápida resolución.  Para mí los horarios son infernales. Cuando sé que tengo que cumplir un horario empiezo a dar vueltas en una jaula temporal. Prefiero salir corriendo con tiempo al límite, para ...

Mi extensión termina en el viento del sur que en este momento lleva la arena del lado mas protegido de la costa. El

siempre sobre valoré la inteligencia pero de donde sale esta valoración. En que se basa?  Cómo se manifiesta? Es una mirada que una vez que limpia la contingencia revela la estructura de todo. Es un eficiente scanner que no se distrae en detalles?. A la vez la belleza está en los detalles. En la gota ínfima de rocío que rueda en la superficie lisa de una hoja de gramilla. Quien se detiene a mirar esos detalles? Nosotras buscabamos el espiritu. El espiritu sería como un soplido de Dios . Un soplido vivificador. El amor sería un soplido luego de una primera década de vida en la que el cuerpo solo se ha ocupado de desarrollarse. p

Saber  que estaba vivo respirando sobre la corteza terrestre, daba sentido a mi existencia. Me levantaba de buen ánimo y pensaba en posibles muestras de amor o lo máximo que haría para comprobarme a mi misma el amor que sentía por él. Vengo de tradición católica con lo cual  el papel del Sacrificio no podía faltar:  dar la vida por él en un incendio. Había leído que Santa Catalina de Siena lamía las férulas de los moribundos para demostrar su rendición cristiana. (si eso no es amor romántico , ¿Qué lo sería? ) Por supuesto, en esa época yo no formaba parte de la existencia de nadie, mucho menos de ese paquete hermoso de músculos y cerebro. Lo que más me atraía era su versatilidad en matemáticas. La ductilidad para moverse entre los números imaginarios y las tangentes y la capacidad de expresarse en integrales y derivabas ejercían un poder erotizante comparable a los rituales pornos de Nina Hartley . Y ese don pitagórico me elevaba a la cima de un deseo, en ese entonce...

El tiempo pasa a ser una cuestión privada. Pero sobre todo el objetivo del pensar. No hay más pensamiento dedicado en torno a la organización diaria: qué se come, cómo pasaremos el feriado, vamos o no vamos al cine. Puedo quedarme sentada mirando como crece el brote de bambú, nadie me va a interrumpir y se siente libertad. Es tan claro. He sido educada en un medio donde prima la demanda de una mujer hacia un  hombre. Pero, a la vez, sutil o brutalmente  a la inversa. El matrimonio me pareció siempre una mutación biológica. Donde había uno siempre habrá dos por presencia o ausencia. La soledad por decisión repliega esa demanda a mi propia médula. Si hago o no hago a quién le voy a reprochar. Si las cosas ocurren o no ocurren ya no habrá pantalla donde proyectar rabia. Hay un sonido que solo capta quien lo busca escuchar. Es producido al ritmo de la mitosis celular. No es algo tortuoso es sólo la impresión sensorial del propio pensamiento.  En una casa llena de gente h...

nos reencontramos luego de haber modificado nuestra composición celular al menos tres veces. Dicen que éso ocurre cada siete años. Eramos diferentes, pero tal vez por esa maldita compulsión a la repetición en el tercer ciclo reiteramos algunas taras. Uno cambia pero no deja de ser el mismo invertebrado emocional. Al menos en mi caso.

lo que no he hecho por un hombre lo he he hecho por una amiga. Acaso las amigas no son fragmentos de una que una ha elegido en el azar de la vida?. que no es una amiga sino alguien que una vez encarnada ha soportado todas tus variabilidades como el clima. Hoy un granizo hoy emergencia naranja. Todo sin mover un folículo piloso de la ceja. No hay nada mejor que las amigas. Nada más desinteresado. >No hay ego de por medio. Ni sexo , ni pensión . Hoy lo puedo decir amo a esos fragmentos de mi ser sensoriomotor que han conquistado el miundo por mí para mostrármelo luego . Gracias amigas.... el mundo es más soportable.

Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver...