me dijo: tenés la vida por delante
y yo alargué el cuello para ver
del otro lado. Había un patio
frondoso como la selva de los cuentos
de la selva y un gallinero de alambre
lleno de caca blanca. Una higuera gigante
para degustar higos y subir a la rama
más gruesa.
Era la higuera un árbol generoso como
ella. Tan generosa de mirada transparente
y lengua dulce almibarada
que le ponía un poco de alegría al terror nocturno.
Y cobijo. Claro, cobijo.
Tenés la vida por delante y yo pensaba
què significaría éso. En el patio también había un
avestruz de cuello largo y cuerpo tupido.
Corría asustada con la llanura apretada en los genes.
Ella y yo supimos de qué iba la claustrofobia.
Ahora recuerdo el cobijo y la mirada transparente.
La vida por delante era una simple manera de decir.
y yo alargué el cuello para ver
del otro lado. Había un patio
frondoso como la selva de los cuentos
de la selva y un gallinero de alambre
lleno de caca blanca. Una higuera gigante
para degustar higos y subir a la rama
más gruesa.
Era la higuera un árbol generoso como
ella. Tan generosa de mirada transparente
y lengua dulce almibarada
que le ponía un poco de alegría al terror nocturno.
Y cobijo. Claro, cobijo.
Tenés la vida por delante y yo pensaba
què significaría éso. En el patio también había un
avestruz de cuello largo y cuerpo tupido.
Corría asustada con la llanura apretada en los genes.
Ella y yo supimos de qué iba la claustrofobia.
Ahora recuerdo el cobijo y la mirada transparente.
La vida por delante era una simple manera de decir.
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