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Niños y niñas de paladar amargo




Una  costumbre, comer juntos y estirar
La voluntad para preguntar de modo protocolar
Cómo te fue y qué vas a hacer mañana. 
Los veo cuando salgo a fumar y están uno sobre otro 
en un bollo indiferenciado. La carne tiene su valor pero hay carne humana 
Que no lo tiene si no presta servicio.
El hecho de nacer y vivir será un festejo: al fin una buena noticia
Ha nacido un niño o niña y será fuerte. Porque el nacimiento
siempre genera expectativa de algo mejor.
Luego los veo desanudar el montón. Son una pandilla
de niños viejos que juegan a maltratar al perro

o meterse en una caja de televisor y correr a las pibas.
También reconocen con precisión el efecto que tienen  
 esas cosas de gusto amargo

En invierno los veo llegar como patos buscando calor 
 y en verano en cueros con sed acumulada
No habrá sobremesa en el circulo de piernas
que los convoca a la noche 
con sus raciones chatarra.
Bueno esperemos que alguien lo vea y que haga 
algo así no se puede vivir en la ciudad
pero nadie los ve porque también han ganado 
la facultad de ser invisibles. 


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