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el año que vivimos en peligro

ya viene pensando hace rato sobre su necesidad de percibir el aire en la cara para dormir. necesita del aire como si fuera el agua. pero no el aire de los pulmones. el aire que sostiene en el vacío. y piensa en lo maravilloso de ver pájaros descansando en colchones eólicos. supone que es cosa de los pájaros disponer de los avatares de la rosa de los vientos. ni siquiera tiene ése nombre. cada rosa tiene sus vientos locales. es fácil moverse si no hay nombres. movimiento: limpia proyección espacial sin destino. se vuela para buscar alimento y conocer pareja. en eso no son muy diferentes. en el apego al nido, tampoco. sería algo químico aquello que liga los parámetros de comportamiento. volar es una manera de nombrar aquello  que  ve que despliegan algunos bichos. el aire en la cara ventila las fosas nasales y despeja la frente. es de los humanos pensar todo. y de los humanos por ahí arrojarse al vacío.  es de los humanos perder y de los humanos creer que se ha ganado. y volver a perder. el desamparo no está en el abandono sino en la mirada puesta y sostenida en el vacío. y la memoria. peor invento no hay. no hay otro invento o sala de tortura que la maldita condición de recordar. y explicarse el recuerdo. mejor poner aire y aprender a contar otra vez. y contar números e historias. mejor es que un huracán se lleve todo incluso la cabeza del pensador. que se lleve todas pero todas las consignas y aparezca sonido elemental. un hilo de sonido que enganche el vacío en algún soporte sutil para que el vacío se pueda vivir sin peligro.

peligro es una forma de percibir lo inesperado. y si no fuera siempre así. y si lo que parece como tal fuera sólo una manera equivocada de mirar. como si las puertas antes de conocer el otro lado fueran consideradas chistes de una arquitectura maliciosa

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entrar y salir: estrategias del ser vivo .
 maravilloso


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