Ir al contenido principal

La banalidad de las buenas intenciones

Estamos atravesados y marcados a fuego. La cultura con sus Tablas de la Ley es un intento histórico para homogeneizar los idiolectos en una Lengua Materna. Bandera e himno no bastan para defender una nación. Nación no viene de  nacimiento. Pero pienso en el nacimiento de las naciones. Gente viviendo en un territorio común bajo el mismo trapo que le da un Nombre e Identidad. Los Imperios en pie a gran costo bélico. Siempre hubo bárbaros en la frontera. Un ciudadano monta su identidad en aquellos símbolos que le dan una coherencia en el vasto manto de ciudadanos de una Nación. El sentido de comunidad no hace más que reforzar las defensas frente a lo diferente.  

La banalidad de las buenas intenciones  creía  en la humanidad. Creía en la maldad como un desvío en el camino. Pero los caminos desviados son tantos . O tantos los transeúntes que los caminos se van entreverando y lo que se llama mundo y se visualiza como una pera  llena de reflejos desde cualquier satélite, es la Tierra. Magnífico escenario de obras terroríficas o bellas. Todo depende de quién y cómo la haya vivido. De quién y como la haya contado. De quién y cómo lo haya creado.


No lugar muchos hablan de esos limbos postmodernos como sitios connotados por toda clase de prejuicios sociológicos. Pero en verdad son lugares que amansan las emociones. Especie de clonazepam topográfico de efecto sedante,  porque no habría indicios de historia ni referencia identitaria. Pesada carga: recordar todo el tiempo  quien se cree  ser- y un gran  alivio el bar de cualquier aeropuerto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

: Hornallas (pdn)

Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver...

Susurro

en tono confesional: susurro una pequeña  verdad revelada a la primera luz del día. Me fue dada la libertad de callar o decir pero la cuestión es encontrar la forma. Podría poner puntos suspensivos y generar una gran duda pero es sencillo  y muy sintético: no ocurrirá nada extraordinario como un nacimiento o una muerte.  En la percepción de cómo irán ocurriendo las cosas,  el tono o el valor será cuestión de quien califique. La hondura de la huella de alguien sobrecargado no es mérito,  avaricia: querer llevarse todo. La mañana está llena de revelaciones se puede partir el esternón por un ancla histórica. O la magnolia me endulzará de tal forma que la vida será embriagante. Buscaré la estrella que fría tal vez muerta se ve,  porque estoy como habrán estado tantos, atenta a su esplendor. Un planeta rojo me dirá que hay otros lugares y todo me parecerá una experiencia primigenia. El sol del mediodía ya m...

Preterintención

Somos animales de visión. Vemos todo el tiempo y lo que vemos es apenas y con agravio  una clara distorsión del paisaje geográfico o humano. Distorsiones de aquellas configuraciones que se arman ya sea por el tránsito, el viento, la lluvia o el calor. Las fiestas también son factores aglutinantes. Las mujeres del relato se odiaban de una manera constitucional. Tal vez,  por el hecho de que eran madre e hija. Las novelas de temas femeninos se originan en el Crossing Over:  en lugar de una Y aparece otra X. Las dos mujeres se odiaban tanto que no hacían más que confirmarlo cuando estaban lejos. Porque vivían lejos. Tan lejos como tres o cuatro ciudades grandes de distancia. * Lo intangible del pensamiento común lo hace venenoso como el arsénico en el acuífero. Imperceptible va calando el esmalte de los dientes. El odio en el centro del amor es la partícula (cero) de arena en la ostra que producirá una perla de gran valor. El pensamiento es una máquina degenerativa...