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La amante del volcán

es tan mínima. Decir hormiga es un alto nivel
de organización. Piensa en el volcán que fuma.
Nadie conoce la intimidad del volcán. Porque no puede
hablar de éso sin perder la vida. Un mar sofocado de magma
que busca luz desde la entraña de la tierra. Eufemismo: un mazacote
de material ígneo indiferenciado.
Algo que nadie vio pero supone. La ciencia es el gran discurso
motivador. Lleva a la gente a perder la vida y la vista para ver y creer.
En algo hay que creer. Entonces el fundamento de toda búsqueda
científica es la necesidad de creencia. Me temo que todo esto es tan
oscuro como la cámara magmática. El sol no ha iluminado el fondo de los
ojos de todos los hombres que han nacido y muerto, habiendo dejado
sus dudas y sus hijos. De poblar el mundo se trató la cosa. Llenar de genoma
el bosque y el desierto. Hasta la frontera de la galaxia no descansará la mente
humana en su afán de expansión. En éso está la mente cuando reflexiona
sobre la chimenea del volcán que llenó el bosque de cenizas y que
de seguro estropeó la vista de los esquiadores.


Lamento sinceramente el  exceso desmedido. Acaso  es mucho hablar de
excesos desmedidos. Porque si se ha de vivir que sea respetando las etapas
de Piaget y de Freud. O tal vez generar un comentario lacaniano económico aha.
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