Tomar parte era un invento del infierno
escolar. Exponerse para agradar a quien
te mandaba a la arena. El invento del infierno
como los exámenes y los trabajos. El salario
y la vivienda. La comida que se reduce a plato de
comida. Al amor que es agarrarse de la humanidad
para no perder la humanidad. Está ahí, en todo el cuerpo
no en la cabeza ni en el corazón. En los pies que caminan
kilómetros y kilómetros de calle para hacer la vista gorda
del propio hartazgo: vamos, vamos.
Pero ahí, en las pequeñas cosas está la felicidad. No te das
cuenta. La felicidad. No reniegues de esa capacidad de
generar calor que tienen algunos. De generar hogares
en la tormenta. No es vivir sino inventar. Así de sencillo
inventar. Viste todo lo que fuiste capaz de crear? un corazón,
la piel, un par de riñones perfectos, un esqueleto capaz de recubrirse
de músculos de elasticidad adolescente. Y la sangre. El tesoro
de la vida. Con todos sus secretos genéticos. La sangre
y la historia. Y ahí te equivocaste. Demasiada historia
licua la vida. No es una regla general. Es bien singular
y la lengua es un idiolecto
una creación larga como la lengua de los animales
extinguidos.
Estoy enamorada. Sí, del sonido de las palabras
de esta lengua inmensa.
escolar. Exponerse para agradar a quien
te mandaba a la arena. El invento del infierno
como los exámenes y los trabajos. El salario
y la vivienda. La comida que se reduce a plato de
comida. Al amor que es agarrarse de la humanidad
para no perder la humanidad. Está ahí, en todo el cuerpo
no en la cabeza ni en el corazón. En los pies que caminan
kilómetros y kilómetros de calle para hacer la vista gorda
del propio hartazgo: vamos, vamos.
Pero ahí, en las pequeñas cosas está la felicidad. No te das
cuenta. La felicidad. No reniegues de esa capacidad de
generar calor que tienen algunos. De generar hogares
en la tormenta. No es vivir sino inventar. Así de sencillo
inventar. Viste todo lo que fuiste capaz de crear? un corazón,
la piel, un par de riñones perfectos, un esqueleto capaz de recubrirse
de músculos de elasticidad adolescente. Y la sangre. El tesoro
de la vida. Con todos sus secretos genéticos. La sangre
y la historia. Y ahí te equivocaste. Demasiada historia
licua la vida. No es una regla general. Es bien singular
y la lengua es un idiolecto
una creación larga como la lengua de los animales
extinguidos.
Estoy enamorada. Sí, del sonido de las palabras
de esta lengua inmensa.
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