Ir al contenido principal

Lente blanda y fue un gusto conocer a cierta gente

Mirame pero mirame bien. Es la genética del alma. O del psiquismo . Los ojos son las manos del cerebro. Te miro. Te acaricio. Te calmo. Mirame pero mirame bien. Mirame con buena fe. No me mires a matar.
La mirada es un arma mortifera o  vivificante. Si me miran seguro me levanto de entre los muertos y si  miro bien encontraré algo por lo que tiene sentido seguir usando lentes de buena calidad.

Cuando uno usa anteojos genera un vínculo amoroso con la prótesis. Y con los técnicos que fabrican tus ojos artificiales. Qué ocurre cuando la catástrofe llama a tu puerta o mejor dicho tus dedos de manteca o chorizo pierden el equilibrio y simplemente, dejan ir una lente de contacto? lo que ocurre es una corriente eléctrica en todo el cuerpo. Y una exigencia de mago para reparar lo ocurrido. Las ópticas están llenas de silicona y lentes blandas para vos. Se trata sólo de contar con un dinero extra para comprarlo. El dinero escasea. Eso no es ninguna novedad. Por lo tanto ése gastito del fondo común de reparación neurótica se hace cada vez más engorroso. Pero el termostato sideral regula los gastos cósmicos y cómicos y el dinero aparece. Pedimos la renovación de la lente derecha. No está en stock . Hay que esperar. Se vuelve al marco de lentes flotantes. Es volver a ponerse el mueble en la nariz. Pero algo se ha acomodado. Porque quien establece un vínculo amoroso con un objeto al perderlo se alivia algo de ése vínculo y al recuperarlo, también. No todo está perdido. O las pérdidas no son irreparables. Porque se encarga otro y listo. Cuál es el problema. No estamos hablando de gente que ha muerto y que no veremos más.

Anoche recordé que cuando murió mi abuela Victoria, no lloré. No se me cayó una lágrima. Por qué? porque fue un gusto conocerla. Fue un amor saludable. No quedaron resentimientos. Fue una abuela cabal. Me visitó cuando estuve enferma. Me cantó cancionero de la iglesia. Me contó cuentos. Cocino pasteles, raviolones  y hasta tuvo la caramelera llena de caramelos para su bisnieta. Entonces fue un gusto conocerla y dejarla ir. Le agradecí todo y disfruté de su vida. Sólo me queda la extrañeza de querer visitarla y caer en la cuenta de que no será posible. Esa es una pérdida irreparable. Los lentes no . No perdés la vista sino la prótesis. Sería muy interesante por tu economía que no perdieras más lentecitas del tamaño de una escama de pescado para no andar tres horas en cuatro patas por todo el departamento (vos y tus seres queridos hay que decirlo) Y los días siguientes con el impulso de volver a buscar con una lámpara de emergencia y sentir que por ahí aparece. Minga de todas las mingas.

.
La gente que te quiere también colabora en tu búsqueda, te calma cuando te caes de decepción. No somos nada decís y pensás en la muerte. No somos nada y te falta el aire. Te mirás en el espejo y decís cumplir cincuenta años es una aberración pero sesenta, ya no tiene remedio. Porque lo que se acerca es la verdadera orfandad. y fundamentalmente  la pérdida del  colágeno que mantenía tu cara con una forma dada.


Algo bueno seguro: promediando la cincuentena, la posibilidad de una cirugía y terminar con las ópticas porque a los 48 el ojo tiene acomodación. En la vejez el ojo no se acomoda y podrán arreglar tus ejes.
Recuperarás tu eje.
Un notición.

En la vejez


Comentarios

Entradas populares de este blog

: Hornallas (pdn)

Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver
 Lo que puede un cuerpo o el historial de A.  No voy a decir que se fue de gira, ni que está en el cielo. Decir que se fue, tampoco es correcto. Irse supone una acción, algo que la muerta no podrá hacer. Digamos que se detuvo. Y está ahí, si "estar" pudiera aplicarse en este caso. Mejor decir: fue depositada. Y ahí se deshará. Se destejerá y los huesos yacerán pelados y a la vez cubiertos por la tela de que la envuelve. Elegimos una manta abrigadita tejida por ella. ¿Por qué no decir que murió y listo? Porqué cae como una guillotina en mi cuello decir que murió. Denme tiempo y lo podré decir cuando contemos anécdotas de borrachas dentro de un año. Está ahí. Con el semblante tranquilo. Tampoco digamos que duerme. Si sabremos ella y yo lo que es dormir. Está ahí detenida y en proceso de convertirse en cosa. Ella se reía de los ritos funerarios, pero me dijo una vez "n0 dejes de ir a un velorio si te invitan porque después es peor tener que dar excusas. Vos vas, saludas y t

Torsión

de letra puntuación y superficie donde escribir palabras que abarquen todo lo dicho y por decir. Hay que torcer los trazos para que penetren en la tierra porosa como  la materia ígnea  se abrió paso en las fallas y nos habló del interior  inefable de aquello que nos sostiene  a todos  en un viaje sideral  rotanto diariamente rotanto en un eje que se corre levemente y mantiene un equilibrio imposible de entender entre esferas ferrosas que siguen su órbita miles y miles y miles de años por siempre desde la primera molécula encadenada a otra para producir  pompas etéreas, letradas:- miren la huella  de Lucy y sus compañeros. Por aquí descalzos caminó una pandilla amorosa. Torzar en mitosis alfabética una diferencia que rebote en el espacio el llamado: aquí esperamos. Todos quienes conocen de ésto saben a qué me refiero y habrán hecho el mismo pase de magia o de la caída una danza lo vertical pende sin llegar al desastre por el sencil