La estructura es capa por capa. Libera algo helado que no llega bien a las partes más alejadas del corazón. Ni tampoco a los sectores más alejados de ése corazón. La vida de los seres tiene mucho espacio. Y los órganos, intrincados mecanismos. Tiene un corazón doble. Uno rojo y otro azul. La condición doble no siempre cumple con la ley de las proporciones. Algo siempre se va de cálculo y una parte se devora a la otra. Todos los días debilita a su doble. Y lo que sabe son relictos de lo vivido. Lo que emite es el calor que sigue viajando, circular de un lado a otro buscando sitio para vivificar. La naturaleza física del calor es dar vida. La parte helada, no. Pero como la condición doble no cumple con la ley de las proporciones, si hay una parte necrosada, ya hay otra que cobra vida. Se plantea entonces una cuestión de lucha de opuestos. No, eso sería simplicidad Positivista. Los opuestos no se eliminan. Se retroalimentan. Cuando ya está por descartar la parte mal llevada Engañosam...