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La casa es un elefante que ocupa mucho lugar

Cuando vuelvo de algún sitio, cualquiera sea o camino junto a mi hija se me escapa: estoy cansada. El otro día me preguntó de qué esteba tan cansada y me di cuenta, No se trata de cansancio. Estoy intoxicada.
 El cansancio no es físico ni se debe a la gran cantidad de trabajo. Si no como se entiende que después de caminar cincuenta cuadras me sienta con ganas de cualquier cosa menos de dormir. La toxicidad a la que me refiero es emocional (tantas veces mencionada) y la tendencia obsesiva a la procastinación. Cuando se corta la secuencia conocida y aparece algo nuevo, cambio el aire como en una maratón y renuevo la mirada sobre las cosas. Cuando uno está intoxicado las tareas de la casa son una maldición gitana. Para qué lavar las tazas que se ensuciarán. Para qué hacer las camas que se desharán.
Yo no hago las camas. Pero no puedo dejar de limpiar porque si no lo hago yo quien lo hace. El trabajo doméstico es tan inútil como necesario. Invisible, repetitivo como las funciones vitales del cuerpo. En verdad una casa es un organismo:
cocina/digestión y sistema circulatorio
limpieza/  sistema excretor
ordenar /desordenar- sistema nervioso central, simpático y parasimpático.
ventilación/sist. pulmonar
sistema inmunológico (linfocitos y eritrocitos)/selección, compra e higiene de los alimentos.
los eritrocitos son los cargadores de oxigeno y lo llevan a la ultima célula, los comparo a la bolsa de las compras y quien las hace? si, yo.
y el clima psicosocial  que se genere/aparato psíquico (incluyendo a los vecinos)

la casa es un elefante que ocupa mucho lugar y no sigo porque sería inevitable hablar de los parásitos.

así de simple y complicado.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…

Muy bueno, y no poder tirarte con un libro en la cama porque hay una pila de algo para ordenar!

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