Si fueras de aire fluirías alrededor de la tierra sin detención. No estarías en ningún lado y estarías en todos lados.
Si fuera de aire iría muy rápido: polen, un bostezo, una pluma. Las plumas son gajos de aves: esos animales dados al aire son seres de otro mundo. No son de acá. Vuelan. .
Volar: exquisitez ambulatoria. Distinguir densidades en el aire lo torna intenso como distinguir la espesura de los sentimientos. La ceguera propia de los sentimientos es la ceguera vital de quien deambula en el inframundo: seres sin pigmento, planos y sin ojos. Fríos con la temperatura que da el aislamiento. En tal circunstancia, se construye un idiolecto. Se pinta en la oscuridad. Se talla con los dedos hasta llegar al hueso. El mutilado se ha perdido antes de salir. Es un ser que podría haber aprendido la lengua de las aves. O mirar con la perspectiva del cóndor. Pero se durmió para siempre en la gelidez, sin saberlo.
(los sentimientos pueden ser brutales, como las emociones. El sentimiento sería la emoción ligada a una representación. Puede ser una persona, un personaje, un hecho. Pareciera que las emociones definen un modo de vida. Nos intoxicamos de emoción como con alcohol, tabaco o comida, para tachar la emoción originaria. . No sirve, porque lo fundacional se las arregla para hacer la grieta necesaria. Y no se necesita mucho. Creo que hay que andar en patas sobre las emociones y transitarlas, como los faquires, las piedras calientes. Todo se trata de entrenamiento)
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