la incontinencia de los autoayudadores mundiales o el imperativo comunicativo de los secretos de la abuela
Hay una tendencia mundial a comunicarlo todo. Pareciera que hasta la fórmula para evitar el tránsito lento tendría lo que yo llamo "imperativo comunicativo". ¿Por qué? porque podemos. Todos nuestros pensamientos gozan de proyección global.. No interesa si esto es oportuno, ético, necesario o estético. Podemos hacerlo porque contamos con un teclado y un satélite que globaliza nuestros más nimios pensamientos. Esto no tendría nada de malo. Incluso es divertido Pero ha potenciado tecnológicamente la codicia de los Gurúes actuales que convierten cualquier secreto de la abuela en un libro de Autoayuda. Y esto no tendría nada de malo. Por favor. Qué mejor que auto ayudarnos. No hay que esperar nada de nadie si todo está adentro. Somos seres de luz. dicen ellos. Entonces para qué publicitan y se replican en irresponsables talleres de inclasificables prácticas de autoconocimiento de dudoso sustento científico y/o religioso. Pero si no es religioso, me dirían Y la ciencia no lo explica todo. Se trata de búsqueda Espiritual. Les comento que ése es otro punto ciego porque lo Espiritual es la dimensión cultural de la religiosidad, definida como "la experiencia íntima e intransferible de lo Misterioso" . Lo Espiritual es tan constitutivo de lo humano como pensar o respirar y te venden cursos que no podrías comprar si no pudieras hacerlo por vos mismo, sencillamente, porque estarías muerto. "Lo espiritual" incluiría todo aquello que trascienda lo cotidiano: la meditación, el abrazo de un arbolito, Papá Noel, llevar comida a un hospital o ponerse una nariz de payaso al estilo Pach Adams. Sólo se requiere de un poco de empatía y ampliación de la conciencia. No hay que hacer seminarios.
Además, oh! paradoja, los publicistas editoriales de la Autoayuda no han reparado en un detalle: constituye una categoría editorial lógicamente imposible. Si decimos autoayuda, la ayuda se agota en el escritor del libelo. ¿Por qué transformar lo que a mí me sirvió para salir del pozo ciego en la receta universal para tratar la mierda? si es auto ayuda no es ayuda para todos.
Los domingos es el día de los programas de radio de la Autoayuda. "Pero callate la boca imbécil: quién te dijo que le podés decir a la gente como ha de vivir" como reza el slogan de un programa de tres horas donde una señora con aspiración frustrada de vedete, autoefinida como escritora y pensadora del Nuevo Pensamiento, agrede y sumerge a quienes la llaman en una ciénaga, más nauseabunda aún, porque ya incluye las heces de la conductora.
La audiencia radial de los domingos es futbolera o de mujeres de endorfinas bajas. Escuchar estos programas es como leer los obituarios o peor, ir a la sala de espera de un psiquiátrico. Únicamente alguien como quien escribe que no tiene prurito en reconocer su propia pulsión tanática, puede hacer este pedido a los autoayudantes latinoamericanos y periodistas devenidos en chamanes: sinceren su verdadero objetivo: vivir del antiguo Diezmo.Les pido a los oyentes aburridos, entreténganse, pero sepan que detrás de cada propuesta de conferencias gratuitas vendrá la sentencia a medias de compren mi libro (así me hago rica) o síganme (así me ayudan) o simplemente ayúdenme a ayudar que no es más que con una ayudita de mis seguidores, sigo con mi Negocio.
Bueno como siempre les digo, si necesito algo me lo pido a mí que me quedo cerca, sino consulto (a profesional matriculado)
Para pensamiento mágico conmigo me basta.
Además, oh! paradoja, los publicistas editoriales de la Autoayuda no han reparado en un detalle: constituye una categoría editorial lógicamente imposible. Si decimos autoayuda, la ayuda se agota en el escritor del libelo. ¿Por qué transformar lo que a mí me sirvió para salir del pozo ciego en la receta universal para tratar la mierda? si es auto ayuda no es ayuda para todos.
Los domingos es el día de los programas de radio de la Autoayuda. "Pero callate la boca imbécil: quién te dijo que le podés decir a la gente como ha de vivir" como reza el slogan de un programa de tres horas donde una señora con aspiración frustrada de vedete, autoefinida como escritora y pensadora del Nuevo Pensamiento, agrede y sumerge a quienes la llaman en una ciénaga, más nauseabunda aún, porque ya incluye las heces de la conductora.
La audiencia radial de los domingos es futbolera o de mujeres de endorfinas bajas. Escuchar estos programas es como leer los obituarios o peor, ir a la sala de espera de un psiquiátrico. Únicamente alguien como quien escribe que no tiene prurito en reconocer su propia pulsión tanática, puede hacer este pedido a los autoayudantes latinoamericanos y periodistas devenidos en chamanes: sinceren su verdadero objetivo: vivir del antiguo Diezmo.Les pido a los oyentes aburridos, entreténganse, pero sepan que detrás de cada propuesta de conferencias gratuitas vendrá la sentencia a medias de compren mi libro (así me hago rica) o síganme (así me ayudan) o simplemente ayúdenme a ayudar que no es más que con una ayudita de mis seguidores, sigo con mi Negocio.
Bueno como siempre les digo, si necesito algo me lo pido a mí que me quedo cerca, sino consulto (a profesional matriculado)
Para pensamiento mágico conmigo me basta.
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