una persona mira casualmente un vidrio
y ve. Cree reconocer una imagen
pero se detiene y treinta años circulan entre su carnadura
y lo que se proyecta. Voces circundan el semblante
voces que golpean.Impulso es romper el vidrio
de la ventana y terminar con la ilusión.
Sigue caminando y encuentra semejantes
con par de ojos y boca. Cuerpos más o menos
mantenidos en gimnasio, lectura de autoayuda
vestidos en shopping de martes mujer
perfumes de free shop
Han encontrado la manera rubia, tostada por el sol
anteojos Gucci, pelo bloqueado con keratina
digo la manera de ser en el mundo
como quienes son descubiertos a tiempo
y se inscriben en el Star System son glorificados
y circulan en autos veloces. Son jóvenes y quieren serlo.
Disfrutan de serlo. Se comen todo y no dejan una miga
Como la voracidad de la cofradía de las señoras de su casa
que tampoco dejan una miga ni fibra de nadie que rompa
su Olimpo de autocomplascencia.
Felicito a esa subespecie.
Han logrado el gen de la felicidad
tan fácilmente confundida con la facilidad
Lo importante no sería tampoco Ser sino mantener
la ilusión todo el tiempo para no agriarte la fiesta.
Tengo las manos rotas
la garganta oprimida, tal vez me haya apretado
anoche en un mal sueño. Extraño. Extraño
las risas y los cuentos. Algo que no existe
como el viajero llegado del espacio.
Todos han muerto. Y la ciudad ya no conoce
lo que es el canto de un pájaro porque se han extinguido.
El tiempo para el viajero pasa más lentamente
y ya no existe para los que quedan. Los que quedan
en su existencia festejan porque no han puesto a prueba la verdad
más frágil de todas: la consistencia misma del mundo.
Poner a prueba la consistencia de un mundo
es alejarse a ver qué ocurre. Cierro los ojos.
Lo que no veo no existe, y es verdad también.
Lo que ocurre en semejante viaje
es la dilución del ser en el mar de la propia futilidad.
Haber cruzado una galaxia y comprender
que no era necesario irse tan lejos.
Pero si todos hubieran caído en la comodidad
de esta verdad de perogrullo el mundo seguiría siendo
plano o sostenido por un elefante con las patas
en un mar lleno de leche.
Hay que poner a prueba el mundo
y poner a prueba la propia resistencia
navegar es necesario
no es necesario vivir.
y ve. Cree reconocer una imagen
pero se detiene y treinta años circulan entre su carnadura
y lo que se proyecta. Voces circundan el semblante
voces que golpean.Impulso es romper el vidrio
de la ventana y terminar con la ilusión.
Sigue caminando y encuentra semejantes
con par de ojos y boca. Cuerpos más o menos
mantenidos en gimnasio, lectura de autoayuda
vestidos en shopping de martes mujer
perfumes de free shop
Han encontrado la manera rubia, tostada por el sol
anteojos Gucci, pelo bloqueado con keratina
digo la manera de ser en el mundo
como quienes son descubiertos a tiempo
y se inscriben en el Star System son glorificados
y circulan en autos veloces. Son jóvenes y quieren serlo.
Disfrutan de serlo. Se comen todo y no dejan una miga
Como la voracidad de la cofradía de las señoras de su casa
que tampoco dejan una miga ni fibra de nadie que rompa
su Olimpo de autocomplascencia.
Felicito a esa subespecie.
Han logrado el gen de la felicidad
tan fácilmente confundida con la facilidad
Lo importante no sería tampoco Ser sino mantener
la ilusión todo el tiempo para no agriarte la fiesta.
Tengo las manos rotas
la garganta oprimida, tal vez me haya apretado
anoche en un mal sueño. Extraño. Extraño
las risas y los cuentos. Algo que no existe
como el viajero llegado del espacio.
Todos han muerto. Y la ciudad ya no conoce
lo que es el canto de un pájaro porque se han extinguido.
El tiempo para el viajero pasa más lentamente
y ya no existe para los que quedan. Los que quedan
en su existencia festejan porque no han puesto a prueba la verdad
más frágil de todas: la consistencia misma del mundo.
Poner a prueba la consistencia de un mundo
es alejarse a ver qué ocurre. Cierro los ojos.
Lo que no veo no existe, y es verdad también.
Lo que ocurre en semejante viaje
es la dilución del ser en el mar de la propia futilidad.
Haber cruzado una galaxia y comprender
que no era necesario irse tan lejos.
Pero si todos hubieran caído en la comodidad
de esta verdad de perogrullo el mundo seguiría siendo
plano o sostenido por un elefante con las patas
en un mar lleno de leche.
Hay que poner a prueba el mundo
y poner a prueba la propia resistencia
navegar es necesario
no es necesario vivir.
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