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Las dos campanas

ágil  buscó acortar
distancias, aprendió a volar
por entre los velos de su imaginación
si tengo que habitar en algún 
sitio, que sea en su mente
pensó  en su traje
negro quitina.

Texturó breve pero intensa
ella
en su campo visual.
Ha llegado la hora de pernoctar
me gustan sus ojos
voy a poner un huevo
ella lo cuidará
en el nido recién puesto
bastará que acordemos las reglas
de la incubación.


Ojos voraces tomaron por asalto
la luz misma de su retina,
nada hay de inocente en algo
llamado amor.
Lo penetró por el estómago
como hacen las buenas cocineras
y se amaron con el lenguaje
de las aves de alta montaña

el frío quema como el hielo seco
en la montaña la hierba crece
bajo  la nieve. Sólo ellos
saben cómo.

De qué te llenas cuando te vaciás,
sería la pregunta correcta 
después de seguir lejana
tu subida a la torre 
por la escalera
caracol

¿Qué mirás cuando mirás 
para adentro?
me dijiste
-me voy 
de viaje
y así
fue

De la migración , Trópico Sur 2014

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