otra vez: aparecida
una golondrina fuera de época
una mañana muy temprano
en mi habitación. No hace verano
ya lo sé, me dije: hay que darle calor
y la arropé en mi mesa de luz
junto a Ted Hughes y Marosa.
Qué rara es la biblioteca de quien no tiene casa.
Los libros se pierden y desparraman
mudanza a mudanza.
Como las aves migratorias
supongo con varios nidos
o descanso en el aire
sostenida identidad
a fuerza de costumbre
de tanto volver y volver.
Finalmente, no se acostumbró
a mi vida desordenada
y buscó el agujero por donde entró
y se fue.
Las plumas son para inflar alas
en mi casa juntarían ácaros, pensé.
Hiciste bien. Estas hecha para el aire.
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