La mayoría de la gente está habituada y el hábito hace al monje. Si hacemos los mismos recorridos obviamente, supondremos con terror atávico y desproporcionado, que hay tigres dientes de sable en los caminos desconocidos. Había una vez una hormiga que se erigió en la dueña de la palabra. Y le arruinó la vida a más de una especie convirtiendo su propio terror en una Ley General: si no prevén el futuro se van a morir (de hambre, de soledad, de lo que fuere). Podríamos considerar a esta hormiga originaria, como la inventora del Sistema Previsional. Y no habría nada de malo en guardar para tener. El riesgo que se corre está en la literalidad de quien emite el juicio y quien escucha. Uno puede guardar mucho metálico pero a la fosa no se lleva más que lo puesto. Ahí vamos. * Por previsión los humanos nos engrillamos en vínculos anhídrido carbónico. Por previsión aguantamos las miserias propias y ajenas en contratos perversos. Por previsión nos mor...