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Siempre seremos anónimos para los tifones

Iba a mirar la película Anónima, una mujer en Berlin. Imaginen el contenido.

Desistí.


 Me atrae mucho todo lo relacionado con las guerras. Fundamentalmente el día después. ¿Cómo se sigue?  Las crónicas indican que todos quieren sobrevivir. Y festejan los brotes de los muñones vegetales en primavera. No importa nada más que la conservación de la vida.Los ausentes:  cadáveres prontamente enterrados , no ya por rito funerario ni homenajes sino por lo que se podría llamar salud púbica. No hay tiempo para sentimentalismos ni cosméticos. En todo caso: higiéne y nutrición.

La genealogía se difumina: aparece el colectivo fraterno..Pura reciprocidad. Hoy por mí mañana por ti. Si lo pensamos bien la amistad sería la más adaptativa de  las  invenciones humanas. Hoy por mi mañana por ti y en cualquier caso, siempre por los vástagos.
*
En tiempos de paz, el mercado es el que manda. Las mujeres cotilleamos.. No hay nada más gustoso que el mate con cuero. Las enamoradas eternas.La temporada primavera verano. Lo que se viene en invierno.  Los nabos hablando de fútbol y la agenda semanal digitada. Sería el momento histórico dado a la pavada. Al permiso que nos da la Historia para ser nuevamente adolescentes.
 Será que cuando tenemos tiempo de sobra nos sobra el tiempo.

*
 En fin. Los tifones en Filipinas se han llevado cientos de filipinos. ¿Cómo lo visualizamos desde occidente? como algo que es habitual por allá. Que hay tantos filipinos como chinos o tailandeses. Qué nos importa. En esta ciudad hemos padecido una inundación. La cercanía le pone nombre y apellido a las muertes.

Hay algo imperdonable en la naturaleza: que nos haya ocurrido a nosotros.

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