anatomía del navegante
es ponerse el barco
manejar una brújula
no alimentar la condición
de los órganos blandos.
Sobre todo no preguntar
mucho por la dirección.
Si estás en el mar inmóvil
confiá en que el viento
sofocado en el barro y los
sargazos va a liberar su aliento
y llegarás, llegarás pronta a puerto.
Para sentir la misma asfixia que el
viento y en partículas elementales
buscarás el sostén del vacío
donde se flota como en un mar
donde se flota como en un mar
sin hablar sin ser hablado.
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