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El piano seco



                                                                                                                 ¿A quién le importa ésto? A mí, querida. 
                                                                                                                  Si he de morir que sea a conciencia.                                                                                                                



¿Qué es lo que añora?, se pregunta 
haciendo memoria. El mundo de las tías planificando
el invierno. La vida de la gente se define por las actividades
invernales. El verano es improductivo y larval.  En invierno
el mundo se retira y expande: un océano en el interior. 
Es temporada de dar calor. Algo parecido al amor aparece.
La ternura de las crías. La tibieza del vellón. Todo para hilar
dar de comer y vestir. Así tramaban sus días esas tías que ahora
son viejas. Tal vez con tanto para callar como hilar. El hilado es 
una críptica manera de enlazar el vacío y atarlo a una forma. 
Dar con la forma es una buena manera de vivir. En la ruda 
superficie afásica nadie dice lo que quiere. O simplemente
se disfruta de enredar las cosas entre lanas. 

La tecnología se renovó con las Silver Reed que hacían 
un ruido insoportable. -Aquí estoy tratando de hacer un pullover
Burda. Pero a nadie le salía igual. Los dedos de mi madre iban y venían
por el carril así como yo aprendí a teclear en una Remington baby, 
El piano seco como le llamaba. Las notas eras palabras
de torpe imaginación: tengo 15 años y no sé qué haré con tanta mujer
que llevo adentro. 
Acaso un recuerdo es un surco que accidentalmente 
se llena de anécdotas y lo que se añore en verdad sea el calor y el tono
justo. Lo que luego se buscará infructuosamente toda la vida


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