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Géiser o vamos viendo

Un hombre se cansó del mundo
y se fue a medir la temperatura
a Islandia.
No es el mejor lugar pero encontró
algo parecido al centro de la tierra:
fuego, azufre, agua caliente.
Cielo y mar. Tierra en movimiento
una sala de parto gigante donde el mundo
pareciera flotar en líquido amniotico
y llorar todo el tiempo el primer llanto.
Confundió la cosa con la palabra. Para ir al centro
de cualquier cosa no hay que entrar al infierno.
La soledad es el precio que algunos seres
pagan cuando hacen ése mal negocio.

¿Qué es una monja? me preguntaba
cuando veíamos a dos monjas sentadas
en el cesped de la plaza Moreno. Son mujeres
que se encierran, ahora parece que no tanto.
-¿Pero qué buscan? - Creen.

Hay mujeres que no se van a Islandia pero
se encarcelan buscando paz. Otras nos vamos
a Islandia también. Otras, se casan con hombres
violentos o tristes. Lo último es lo peor. Un hombre
triste es más erosivo que el zonda. Te deja a la intemperie
y desnuda a expensas de tu propia perplejidad.

Luego hija, ni el matrimonio ni la Iglesia,
ni el desierto. Habrá que buscar algo más amable
por ahí a la vuelta de vos misma
contenta y tranquila. Sentimientos elementales
como los elementos que algunos buscan en
algo parecido a Islandia. O amor que algunos
buscan en la Santa Iglesia.
Consistencia sea ser con algo de Fe.



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