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Cruzando una calle peligrosa sin mirar atrás

soñó con un budín hamburgués enorme. Y como sólo en los sueños se revelan los secretos: fue testigo de como la panadera le ponía el chocolate mezclado con grasa. Lo dejó sobre el modular del comedor. Era su cumpleaños. No era afecta a festejos. Nació después de la muerte de alguien y siempre sintió que ocupaba el lugar de un muerto. Ocupar el lugar del muerto te puede matar. Pero vos sonás demasiado viva para ocupar el lugar del muerto. Hacés mucho quilombo para estar muerta. Pero no puedo con ciertas cosas. Por ejemplo no puedo cruzar algunas calles. Y cuando aparecen algunas imágenes: quiero desaparecer. Aparece una pistola y un estallido. Rápido y desaparecés. Pero siempre hay una forma de encontrar la calma. No llevar flores. No festejar y evitar ésas calles conflictivas.
*

El amor fue su refugio. Narcótico. Abrazo. Escucha. El amor cura al ser dañado. Pero el ser dañado tiene un problema. Cuando le dicen que es amado: no lo puede creer. Como en los cuentos sólo alguien especial tendrá la llave, o las palabras claves o la manera de romper la campana de cristal, detrás de  la cual nuestra  princesa ajada va envejeciendo con el corazón, todavía valiente.

*

Cuando estaban por comer el budín hamburgués para festejar. Se encuentra con una junta médica: su padre tenía fiebre. Había pasado de diabetes grado 1 a grado 2 (sólo es un sueño) . El médico le decía: está viejo para soportar tantos cambios en el corazón. Ella tomó el celular y lo comunicó a su amado. Su amado le reclamó el abandono comunicacional pero ella cuando está por esos lares olvida todo y el celular con sus números  y personas son parte de lo que se confunde en ese torbellino que lo arrastra todo.  Otra vez la muerte sobrevolando la fecha de su nacimiento? de ninguna manera. La diabetes es una enfermedad crónica.

-No jodás más papi no te vas a morir. Eso sí: no se te ocurra darle al budín. 

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