Hay gente que adora los globos. Parece que como algunos comen ladrillos, papel higiénico o folículos pilosos otros aman a sus globos. Los abrazan. Duermen con ellos. Atiborran sus casas de globos de colores donde como en una instalación de kusama los lunares devenidos 3D, viven una vida rebotante, estridente y siempre con riesgo de explotar. Pero pareciera ser parte de la diversión..
Salute
En verdad el globo como creación humana se revela como mágico: escapa (y llegará hasta el cielo)- Entiendo que el proceso de producción de globos culmina cuando un globo, finalmente se libera. Cuando se me iba un globo en la playa parte del ritual de despedida era imaginar que llegaría hasta Africa. los adultos se apiadaron y jamás desmintieron semejante fantasía. ¿Con qué necesidad? Creer en los globos exploradores es tan necesario como creer en Papá Noel o los Reyes.
Adónde voy con esto. Un globo es la proyección del cuerpo como un barrilete o la voz. Una cantante lírica vuela con la voz. Llega a sitios insondables. Las copleras liberan las frases sabiendo que éstas se van a replicar de pared en pared. La montaña: el soporte. El viento el vehículo.
Yo tengo la idea de que todo lo que he perdido, vive en algún ignoto lugar y me sobrevivirá como los pañales descartables al bebé o las bolsitas de nylon. Objetos, afectos, amores, odios. Me sobrevivirán en el sentido de que se transformarán en otra cosa cuando yo ya no esté para designarlos. Y mucho menos asignarles un sitio.
Como un globo explorador el afecto liberado llega lejos en busca de un nuevo soporte.
Soy un sedimento de elecciones. Y todos los objetos y sujetos conservan algo del afecto invertido en ellos.
Paz y amor en un mundo sobreexplicado, sin más necesidad que elaborar algo en relación al globo rojo que debe andar quien sabe donde haciendo de las suyas y suerte para él.
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