Más que una carta era un montón de sentimientos escritos a tripa abierta. La tuvieron en la puerta de la heladera como recordatorio del instante en que pudo expresar con letra dibujada cuanto la quería y respetaba..Tarde para recuperarla. Se enfureció. Los regalos no se devuelven y las cartas enviadas no se rompen. No te metas con mis cosas y yo no me meteré con las tuyas. Se iba a desatar una guerra. Un ojo por ojo tan ridículo como el origen de todas la guerras. Porque una guerra se declara en estado de emoción violenta. Estados confusionales de los pueblos. La supremacía del sistema Límbico que destruye convenciones y protocolos. Y tirar la carta escrita a modo de Armisticio no deja de ser una declaración de guerra. Te puedo escribir otra si queres. No. No quiero nada de vos. Ya está dicho. Suficiente. Todo lo que he hecho por vos: 10.000 días papando moscas en los parques para que vos asimilaras la vitamina E. 240 insufribles reuniones: con padres, de padres, con maestros, actos de cartón pintado y lo último de lo último, profesores caníbales mal pagos. Y me tirás la carta del día de la madre? No hay nada que pueda consolarme. Esas palabras donde reconocés lo maravillosa que soy. Lo fuerte, generosa y necesaria. Es como tirar la Escritura de una casa. Qué importante son las palabras para vos. Ya te digo si querés te escribo otra. Mirá mejor andate no quiero verte. (mientras despotricaba recordó haber encontrado una copia en letra manuscrita con algunas tachaduras. Se felicitó de haberla conservado. Finalmente contaba con el original).
Estaban midiendo fuerzas y entre mujeres el poder está en el control de los detalles. Pero, se le escapaba una distorsión (la famosa tortuga acaso): estaba pensando en términos simétricos lo que de hecho era una relación asimétrica. La geometría euclidiana no servía para dar cuenta de tamañas fluctuaciones. Mejor olvidar el episodio. Hacer la comida. Una sopa nutritiva que ablande las aristas (de la geometría ésa) para salir de las cuevas del enojo.
Importante: tener claro quien cocina en esta casa..
Estaban midiendo fuerzas y entre mujeres el poder está en el control de los detalles. Pero, se le escapaba una distorsión (la famosa tortuga acaso): estaba pensando en términos simétricos lo que de hecho era una relación asimétrica. La geometría euclidiana no servía para dar cuenta de tamañas fluctuaciones. Mejor olvidar el episodio. Hacer la comida. Una sopa nutritiva que ablande las aristas (de la geometría ésa) para salir de las cuevas del enojo.
Importante: tener claro quien cocina en esta casa..
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