Ir al contenido principal

La poética del síndrome

A la mañana es mala idea encender la computadora, pero como está muy contenta  porque funciona de modo ininterrumpido y confiable, se prepara unos mates y la enciende.  De gauchita chequea los mails. Siempre con temor, porque leer mails obliga a tomar decisiones. Y es de Libra un signo llevado por el viento. Los Librianos son tomados por las decisiones (de otros). En fin. Lee un titular: ¿Por qué está todo tan oscuro?  se entera de que algo horrible le ha sucedido a un niño. No lee los detalles. Suficiente. Recuerda que hace dos días en un bar mientras esperaba su sandwich de jamón crudo y tomates disecados con rúcula, ve en el fondo en una mesita una mujer y un café. Austeridad total. Detrás de una mascarilla facial demasiado oscura y unos claritos muy oxigenados daba la impresión de ser una secretaria. Los anillos de oro blanco  que se venden en las oficinas públicas cuando se han cobrado las horas extras la delataba. Le llega el sandwich. Le hinca el diente y ve que la mujer está hablando por celular: -me echaron del trabajo. Lamentablemente hay reducción de personal y los que se van son los últimos. A partir de ahí no pudo sustraerse. Y pensó por qué no puedo sustraerme. Qué me importa esa mina. En forma paralela: bueno es solidaridad. Pero qué puedo hacer yo por ella. De pronto irrumpe un señor y se ponen a conversar. Sigue en sus  cosas. Alguien se estaba ocupando finalmente. La gente tiene recursos, pensó.
A la tarde del día que enciende la computadora siente que ve claro. Pero a la vez cosas horribles pasan todo el tiempo y ver claro no es felicidad.

Estaba anticipando la crisis.
.
Existe un Síndrome que estalla por exposición excesiva a la belleza y felicidad durante los viajes.  Se llama Síndrome de Stendhal. Y hay otro Síndrome llamado Déficit de Atención Dispersa en Adultos. Designar es una manera de ordenar.  Cuando Colón llega a las Indias no porta nombre para lo que encuentra. Más que la malaria y el escorbuto el gran descubrimiento es permanecer vivo en la incertidumbre nominal. Así se encuentra quien pedece disrupciones  y desmadres (un universo de reales rompiendo la mismidad).  Los americanos adoran crear síndromes y la tradición psicoanalítica detesta estas actitudes facilongas de los yanquis. Detrás y por debajo de un síndrome está la Industria. Pero la balanza se equipara cuando llega a la conclusión de que detrás de cada argentino habría como cuatro o cinco analistas.

Como no encuentra a su analista y tampoco toma medicación (obviamente) la manera que encuentra para lograr algo de paz es ponerle nombre a ésa danza loca de emociones y objetos perdidos y rotos.Vivan los síndromes y los grupos de autoayuda. Piensa: las cosas se rompen por definición. El mundo material lucha por volverse a la tranquilidad nirvánica de lo inmaterial o subatómico. El problema está en el Tener. Hay que desapegar. Inventar un síndrome es toda una poética.

Comentarios

Entradas populares de este blog

: Hornallas (pdn)

Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver...

Susurro

en tono confesional: susurro una pequeña  verdad revelada a la primera luz del día. Me fue dada la libertad de callar o decir pero la cuestión es encontrar la forma. Podría poner puntos suspensivos y generar una gran duda pero es sencillo  y muy sintético: no ocurrirá nada extraordinario como un nacimiento o una muerte.  En la percepción de cómo irán ocurriendo las cosas,  el tono o el valor será cuestión de quien califique. La hondura de la huella de alguien sobrecargado no es mérito,  avaricia: querer llevarse todo. La mañana está llena de revelaciones se puede partir el esternón por un ancla histórica. O la magnolia me endulzará de tal forma que la vida será embriagante. Buscaré la estrella que fría tal vez muerta se ve,  porque estoy como habrán estado tantos, atenta a su esplendor. Un planeta rojo me dirá que hay otros lugares y todo me parecerá una experiencia primigenia. El sol del mediodía ya m...
 Lo que puede un cuerpo o el historial de A.  No voy a decir que se fue de gira, ni que está en el cielo. Decir que se fue, tampoco es correcto. Irse supone una acción, algo que la muerta no podrá hacer. Digamos que se detuvo. Y está ahí, si "estar" pudiera aplicarse en este caso. Mejor decir: fue depositada. Y ahí se deshará. Se destejerá y los huesos yacerán pelados y a la vez cubiertos por la tela de que la envuelve. Elegimos una manta abrigadita tejida por ella. ¿Por qué no decir que murió y listo? Porqué cae como una guillotina en mi cuello decir que murió. Denme tiempo y lo podré decir cuando contemos anécdotas de borrachas dentro de un año. Está ahí. Con el semblante tranquilo. Tampoco digamos que duerme. Si sabremos ella y yo lo que es dormir. Está ahí detenida y en proceso de convertirse en cosa. Ella se reía de los ritos funerarios, pero me dijo una vez "n0 dejes de ir a un velorio si te invitan porque después es peor tener que dar excusas. Vos vas, saludas y t...