Sumergida en un océano de signos tuvo que aprender la lengua para separar las cosas del mundo. Pero el océano era tan profundo y borrascoso que muy a su pesar pidió ayuda. En la vida de todo aprendiz la clave está en definir criterios para luego establecer categorías. La teoría de conjuntos ilustra muy bien esta manera de vincularse con la selva enmarañada de símbolos, donde "Todo" es igual a " Nada". El principio alquímico de la transmutación del plomo en oro, metaforiza el pasaje de la ignorancia al conocimiento. Es reconocer que siempre se puede extraer "algo" de "algo". Y que "algo" es "todo" lo que se puede captar de la complejidad "cognoscible". Es tranquilizador saber que no se puede con todo. El borde del universo es otra idea platónica. El "Todo" es tan mortífero como una piedra de moler. Donde el grano es nada menos que la integridad del cognoscente. La autoestima del aprendiz es tan necesaria como las horas de estudio. Estimarse a sí es habilitarse en la navegación de ése mar de los Sargazos o Mar inmóvil como lo llamaron los Portugueses. Océano de corrientes estratificadas y lleno de algas flotantes cuyas enormes vejigas llenas de gas, impedían el avance de las embarcaciones. Un ansiado cambio de vientos y corrientes facilitaba la salida a salvo del narcoléptico mar.
El mundo del saber también puede ser un narcoléptico océano de símbolos cuyo hermetismo atenta a continuidad de la vida simbólica del espécimen (por no decir especie). Reconocer en todo caso que nadie sabe todo de todo y que la ignorancia absoluta tampoco existe es haber comprendido el secreto de la felicidad epistemofílica. (que está un paso más allá de la epistemológica con la que se insiste infructuosamente).
Todo estudiante es un extranjero. Con viento a favor saldrá del mar inmóvil del sistema educativo. Y encontrará el camino de regreso a la cumbre de donde no tendría que haber descendido nunca.El cuentito de la manzana y el Pecado Original, creo, lo dice (todo). ¿O no?
Todo estudiante es un extranjero. Con viento a favor saldrá del mar inmóvil del sistema educativo. Y encontrará el camino de regreso a la cumbre de donde no tendría que haber descendido nunca.El cuentito de la manzana y el Pecado Original, creo, lo dice (todo). ¿O no?
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