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de los humores calientes: rabia e ira y los piquetes de ojo

La rabia es una enfermedad transmitida por los perros y ratas (podría  haber más vectores). En la argentina estaría erradicada. Dicen que la muerte es una progresiva contracturación y terminás sacando espuma por la boca después de haberte mordido la lengua como los epilépticos . Otros dicen que la muerte es por paro cardiorespiratorio ( casi todas lo son o no?).  No importa. Las precisiones epidemiológicas no vienen al caso cuando se quiere hablar de la Rabia de carácter emocional:  esa llama endógena de alta temperatura. Algunos la describen como Impotencia: discapacidad de variable duración para modificar las contingencias del caso. Un embotellamiento: no se puede salir del vehículo, el piquete, de cuyo reclamo nadie tiene idea en general, echa humo por doquier.  Pueden durar horas. Se tiene ganas de hacer pis o se tiene hambre. El vehículo no se mueve. Impotencia. No se puede modificar las condiciones del tránsito. Con los piquetes en este país nadie se mete: constituyen las nuevas misas. Un espacio sagrado de expresión popular. Más allá o más acá de lo que se considera progre, la rabia nos acontece a todos. ¿Por qué? porque al mismo Carlitos Marx le hubiera dado impotencia no poder salir a mear por un piquete.. Doris Lessing en la historia de Alicia la protagonista de la Buena terrorista habla de los piquetes ingleses: salimos hoy a  la tarde, quién lleva los sandwichitos de pepinillos . Sì, los ingleses fueron piqueteros también. Todos los países hacen piquetes.  Y por favor entiéndase bien: ya aprendí a convivir con ellos: me llevo Ibupirak para los cólicos, me vuelvo cactus (estoy hidratada pero no tanto para soportar horas sin water closet), viandas y dosis de humor para soportar chistes malos.
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No era mi intención dedicarme a los piquetes.  Simplemente quería ejemplificar  la sensación de impotencia.con algo conocido por casi todos. Otro estado emocional de escasa inteligencia es la Ira. La Ira es una rabia pero: arcaica. Anquilosada, ósea. Nunca estamos enojados por la razón que creemos. La Ira es un quantum de energía arrasadora. Si la gente fuera el  maíz, la ira sería la langosta. Por eso está considerada por casi todas las religiones: cuarto Pecado Capital en occidente o la fuente del sufrimiento humano desde el Budismo, por citar lo más conocido. Por qué hablo de la Ira. No sé, tal vez es lo que me quedó del día. No se trata de un piquete cortando la autopista. Se trata del famoso Piquete de ojos: una acción inesperada de alguien que traiciona tu confianza. Esa clase de gente es el maíz de la ira:  la langosta que no dejaría a ninguno de ésos en pie. En la infancia es muy común desear la muerte de los padres por alguna traición u arbitrariedad (a escala, se entiende).  En la adultez con tantas capas de barniz escolar y universitario confiamos en el lenguaje. En que exponiendo razones se llegará a un acuerdo. El problema es cuando se invierten las cargas. Ah. Eso es Casus belli. En semejante situación es mejor llamar a un escribano y labrar un acta: reconozco que ésto es una desproporción, pero fulano/a de tal es un hijo/a de puta y que conste en actas.  O un recurso de amparo: Dios aparta de mí este cáliz..
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Tomar tres días de vacaciones y  liberar endorfinas entre los pastos o lograr la paz del intelecto frente a un autor de valía. Es así como se licuan esas falsas  bombas atómicas que portamos los iracundos. Porque nos inmolamos por defender nuestro punto de vista. No por la pretensión de tener razón. Es por ser desmentidos reactivamente (no somos escuchados: efecto batucada del contrincante). Es muy común que gente con cierto crédito y vocación de "planta" adopte estas posturas en la administración pública, donde lo importante es la permanencia en estado cerebral de ameba.  Allí los argumentos se reemplazan por la resistencia al tedio. Es la muerte por asfixia del sentido común.
Pero como dicen: nunca estamos enojados por la razón que creemos. Entonces, aquellos maíces de la actualidad serían apenas un sinécdoque de efecto fricción con el núcleo duro de nuestra ira ancestral.

Por lo tanto: ¿qué importancia tendría tener razón? si justamente la estamos perdiendo en trivialidades. Lo medular radica muy atrás  en el tiempo y ya los contrincantes de la verdadera contienda fenecieron. Las células se renuevan cada siete años. Imaginen a quien vemos cuando nos miramos en el espejo.

Después de los cuarenta, la verdadera guerra es lograr que nada, pero nada te quite la paz.


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