El cáncer es una peste creativa. Los
órganos enloquecen. Deliran. Se quieren replicar o expandir su territorio. El
problema es cómo. El tema es el espacio.
El cuerpo humano tiene una extensión limitada. La piel es la frontera con el
exterior. Somos un paquete de músculos, esqueleto y órganos. No somos nada. Como se dice. Soy
enfermera en un servicio de Cuidados Paliativos en un hospital público. En ese hospital he visto
encallar gente de todas las edades. Algo en común: poca vida, mucho sufrimiento..
Hombres y mujeres que de un golpe de diagnóstico se descubren, doloridos, con
fecha de vencimiento. Los he visto en situaciones variadas. Con familias
nucleares, con familias ampliadas, con hijos reconocidos y no
reconocidos..Hombres desorientados. Mujeres tratando de ocultar y tapar lo
imposible. Luego están los temitas familiares. La vida es un tango hasta el
final. “Las despechadas” que aparecen no sé sabe a cuenta de qué. Las mujeres
somos las que damos vida. Ya se ha dicho bastante y de eso doy fe. Pero también podemos hacer de la misma vida
un infierno a fuego lento. Todo porque estamos demasiado atentas. En mi trabajo
tengo que estar muy atenta. Los pacientes en general pasan por una etapa de
negación. Desconocen el motivo de internación. Han estado ocultando las
señales. Como los coágulos y el dolor. Bueno, sabemos que el dolor es relativo.
Actualmente se le pregunta al paciente de una escala de uno al diez, cuánto le
pondría al dolor que siente? Y miran estuporosos, con cierta exigencia de
cumplirle al médico que le dará de acuerdo a lo que numere, diclofenax o morfina. Volviendo al tema
del dolor y cómo calificarlo para hacerse entender, cada quién tiene su
propio umbral.
***
Soy de las Empíricas. No estudié. Aprendí
en la acción. No quiere decir que no sea
instruida. Mi aspecto engaña. Soy una gordita, petisa y fea. Esas de las que no
tienen riesgo de ser acosada en las guardias de los viernes. Las guardias de
los viernes son una manera de hablar solapada de las trampas de hospital. Yo en las guardias duermo. Si puedo. O leo. Tengo
la primaria. Porque vengo de un lugar en el tu padre te casaba o te mandaba a
laburar. Nada de mediaciones. Pero siempre padecí de una gran curiosidad. Una
vez me tocó cuidar a una señora mayor. Llegué a su casa por recomendación. Por
buena y barata. Los ricos son los que peor pagan. Pero no es el caso este caso.
De esa señora aprendí mucho. Viuda de un viudo sin hijos. Heredó todo.incluso
una gran biblioteca. Y allí durante las noches largas me puse a leer. Me
empecé a enterar del interior del cuerpo humano. Yo elegí trabajar en enfermería porque era lo
más cercano a la medicina. Después me dí cuenta que había elegido bien. Los médicos medican. Aciertan o no. La
enfermera te salva la vida. O te ayuda a irte sin agregarte sufrimiento. Las
enfermeras de verdad. Hay de todo. En fin. Estaba en la biblioteca y me
encuentro con una enciclopedia del cuerpo humano. Y ahí todo lo que había
imaginado cobraba dimensión. El sistema circulatorio. El corazón. El hígado.
Tan frágil todo y tan bien coordinado. Tan ordenado. ¿Cómo es que la sangre no
se sale de las arterias?,¿cómo se articulan los huesos? Un pie es una maravilla
de orfebrería. Los dedos del pie: se te llega a quebrar uno y me contás. La
enciclopedia encapsulaba todo el conocimiento del mundo. Eran unos libracos
enormes. Veintrés tomos. Otro descubrimiento fueron Los descubrimientos. El tema de la luz. Cuántas cosas hay que
funcionan y no tenemos ni idea. Vuelvo al cuerpo humano. La gente se hace
chequeos anuales, El chequeo anual se parece, en mi caso a la renovación de un
contrato de alquiler. Previa inspección de las instalaciones, se re-pacta por
cuánto tiempo y en qué condiciones se dispondrá de las locaciones. A los veinte
años me sentía cerca de mis raíces. A los sesenta las raíces son plantas epífitas en la enramada
oscura y retorcida que sería, yo. Envejecer es todo un tema. Ni hablemos de
morir. Morir cuesta mucho. Es como un parto al revés.
***
Otra de mis aficiones es la ecología. No
me pregunten por qué. Creo que es por lo de los sistemas relacionados. Como si
el planeta fuera un gran cuerpo con pulmones, corazón, sistema urinario.
Drenaje de linfa. Bueno, la cuestión: me
hice experta en Biomas. Y todo eso que yo leí me abrió la mente y el corazón y
podía escuchar plenamente. Pude hacerlo como dicen los chinos. Con estos
pacientes hay que escuchar. Son terminales. Se están yendo. Desean con
intensidad dos cosas: comer y hablar. Es como si hubieran regresado a la
primera infancia. Ejecutan un parloteo exasperante para la mayoría de los
médicos.
Angel y su descargo.
Con el tiempo me he convertido en una una
especie de Constrictor devoradora de ratones..
Esos que se meten por los ojos y desnudan el alma de la gente. El que está por
morir, lo sabe. Yo sé de la mirada del hueso. Angel y su danza de los maxilares sueltos,
paciente de setenta y cuatro años, de noche suelta sus maxilares y libera su
lengua. ¿Cómo es la mirada del hueso? No importa. Tiene la relevancia del color
de la cortina de plástico del baño forrado de vitrix. Sólo ha de tener relieve
lo que es accidente geográfico. Y en estas visitas siento, apenas levantar los
talones, que el predio, adquiere la naturaleza de la selva.-los indios hacían sus casas de palmera en
menos de un día, una barbaridad. Nosotros trabajamos tres años en el río
Huallaga al norte del Amazonas cerca de Perú. Gracias a los doctores en
agronomía que analizaron mal el suelo los cafetales y bananos se quemaron.
Debajo de la primera capa de terreno la tierra era salada….Entiende lo que le
digo. Estaba muerta. Hicimos las viviendas. Nos pagaban ocho soles, a los
indios tres. Yo viví el infierno.. sabe. Una noche tenía un bulto debajo de la
piel. No, no era una picadura. Voy al dispensario y me lo aprietan. Sale como un
pus. Sabe lo que era… un huevo de mosca. A los tres días sentía que algo me
caminaba por debajo de la piel. El indio me dijo venite mañana que te lo curo.
Voy. ¿Sabe lo que hizo? Masticó el
cigarrillo que estaba fumando y me lo puso encima del bicho. Me dio asco pero
lo dejé. Sabe doctora al otro día cayó seco un gusano así. Y bueno, ellos
sabían vivir en la selva nosotros no.
(Está todo sucio- accción instrumental- un espejito de colores -caos-las
manchas de humedad se comen a las moscas), escucho- : -Doctores en agronomía y sacaron dos centímetros de tierra para analizar
diez mil hectáreas. Construímos la ciudad.
Diez mil hectáreas.... desmontada a machete.... No, y se fueron. Levantaron todo y se fueron…..
qué les importaba... Seguimos trabajando.
Yo me quedé.... por el
ferrocarril.... ahí me hice un tajo en
la rodilla que no me dí cuenta hasta la noche cuando me saqué las botas. Me
cosieron con hilo, sin anestesia.
***
(La pluvioselva es una selva cuyos árboles
forman una bóveda con las ramas. Casi no dejan filtrar el paso de la luz. Y el
agua de lluvia es racionada, llegando a los estratos vegetales inferiores a
modo de goteo. El excedente, queda contenido en la bóveda superior y se
evapora. Cuando estas gotitas eternamente circulantes se enfrían caen
nuevamente a modo de lluvia. Los suelos son pobrísimos en nutrientes. Los
árboles retienen los nutrientes en sus cuerpos. Y cuando mueren no se depositan
en el suelo sino en los animales, a diferencia de las especies de bosques
templados donde los nutrientes son absorbidos a través de las raíces poco a
poco) Angel presumía que su padecimiento podría ser contagioso. Su pena era
doble. Ancha. Pesada. Narra sus andanzas por la amazonia recién escapado de la
guerra de Libia. -Parece Sandokán, comenta
la Doctora de uñas esculpidas. Se
estaba ocupando de poner las cosas en su lugar. Despejar responsabilidades.Su
experiencia fallida como contratista en la amazonia, fue un malentendido como
tantos otros. No todo fue fracaso, no? Ni
los agrónomos sabían en esa época que no se podía cultivar en ese suelo. Era
tierra muerta. Ahora me vengo a enterar después de cuarenta años, -Quiero la
eutanasia. Hablemos con la embajada.-Sabe que no se puede hacer eso. – Pero se
puede apurar la cosa. -De todos modos no falta mucho.
*
La gente tarda. Tarda muchísimo. En irse.
Los familiares al final festejan de alivio. Y lo que me queda a mí es la
sensación de haber leído un buen tomo de la biblioteca.
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