Arribó a un sitio donde todo es silencio y eterno. Con el lustre de los salones preservados para visitas inesperadas que no llegarán porque si lo hicieran, no tendrian nada que hacer allí. El motivo de su viaje es como el motivo de un enojo. Viajar es fácil, lo difícil es encontrar el lugar correcto. Por lo tanto las consecuencias antieconómicas de un viaje al lugar equivocado no se trata de gasto de dinero, sino de tiempo. El dinero es un circulante de poco valor.El tiempo muerto deja huellas. Que los caminos conducen a Roma es la mentira refranera más gigantesca del idioma. Hay caminos y caminos y lugares que están más cerca de Constantinopla que de Roma. Esto tiene sus ventajas: se abre la puerta a la dimensión desconocida. Y la verdadera lengua sea el idiolecto que se pueda construir con los escombros de la lengua materna. Conclusión las consecuencias malas o buenas no están vinculadas al contexto sino a la posición frente al contexto. Por ahi la encruciijada en el camino sea detenerse y pensar un segundo: qué hago yo acá. O mejor: yo acá no tengo más nada que hacer.
Lo veía llegar cargado con las bolsas del supermercado para llenar la heladera. Rápidamente, desenfundar el cuchillo de cortar carne para hacer un estofado, con zanahorias y cebolla de verdeo. Un toque de malbec y mucho malbec en las copas. Mirábamos el cambio de estación desde el ventanal y soñábamos con envejecer juntos. Yo dije que sí a todo pero dudando sobre lo de envejecer. No quiero estar para eso. Después comíamos vorazmente como si hubiéramos salido de caza y teníamos que acumular esa carne en los músculos para poder hacer frente a un invierno crudo a la intemperie. Malbec nos ponía contentos. Yo veía todo más hipermétrope . Había algo de distorsión en el futuro también. Las ollas quedaban sucias para el otro día. Las hornallas pedían un poco descanso. La mesa vestida con un mantel que ni ella reconocía en su memoria de mesa. La noche se hacia de día. Eran columnas de luz heridas por el fósforo de la petroquímica. Me ponía la placa de bruxismo y me ocultaba en un edredón inver...
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