Al fin. Se abren los brazos. Se recupera el tiempo. ¿El tiempo es
de arena? Se lo cuenta de a granos. Y la caída de la arena en la clepsidra es
lenta. Da para pensar lustros. Recordar. Yo no voy a elegir- quiero todo. Se
acabó. No le voy a dar vueltas. Mi mundo es frágil. Lo puedo volar de un
pensamiento. Y se rompe. Para volverlo armar después tengo que volver a pensar.
Es harto imposible mantener en pie las casas y las cosas. De un mal pensamiento
te puedo matar. O te hago nacer y berrear como un bebé. De otro pensamiento te
traigo y te meto adentro. Y te llevo conmigo todo el día. Y veo a través tuyo. Creo que ves pero en verdad veo yo. Es así. Es un estado entre hipnótico
y simbiótico.
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